Una de las formas más antiguas de financiación de la investigación en el mundo es la filantropía. Estados Unidos es por naturaleza el país que más ha explorado este mecanismo para la promoción no solo de sus comunidades científicas sino de su tejido social en general. La figura de las fundaciones que apoyan todo tipo de causas es un asunto arraigado en la cultura norteamericana, lo cual, de alguna forma, explica el desarrollo de capacidades para formulación y escritura de proyectos de cooperación en la sociedad civil . En palabras más técnicas, las fundaciones han promovido la cultura del fundraising (movilizacion de fondos o recursos).
En un entorno como el norteamericano la filantropía también tiene un significado de competencia. Las universidades, las instituciones educativas y en general todo tipo de organizaciones sociales compiten constantemente por obtener donaciones de grandes empresas que crean fundaciones para deducir impuestos, o de las fortunas acumuladas por particulares que deciden donar sus recursos para apoyar determinada causa. El asunto también ha llevado a una especie de «profesionalización» de la filantropía. Para hacerse a una idea basta echar una mirada a los consejos de la Foundation Center en materia de «calidad» de los proyectos filantrópicos.
En Colombia este tipo de cultura es mucho menos difundida. Especialmente en investigación son pocas las fundaciones que realizan este trabajo. La fundación más reconocida es la Alejandro Angel Escobar. Con más de 50 años de actividades, tiene por objeto estimular el papel de la investigación y la educación en la generación de transformaciones sociales, lo cual le ha premitido resaltar trabajos científicos que mejoran la calidad de vida de la población colombiana.
Alejandro Angel Escobar fue, según Marco Palacios, un colombiano visionario, amante de las ciencias y con deseo de dejar un legado que fuera útil para su país. Su fortuna la logró con el negocio más importante de Colombia: el café. Como Ministro de Agricultura en la década de los cincuenta estuvo a cargo de la interlocución con la Fundación Rockefeller para fortalecer la investigación en temas agropecuarios en Colombia.
Del café a la ciencia, de la ciencia a la filantropía, de la filantropía al desarrollo social. Una mezcla que, más allá de los formatos tradicionales de la ciencia, también cumple con el objetivo de estimular el desarrollo científico y diversificar la institucionalidad de un sistema que siempre ha adolecido de fuentes de financiación.
Nota: La Fundación acaba de abrir su convocatoria para premios a investigadores colombianos que trabajan en las áreas de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Ciencias Sociales y Humanas, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Están invitados a participar personas naturales de nacionalidad colombiana, residentes o no en el país, quienes presenten trabajos de investigación originales y de alta calidad científica. El proceso de pre-inscripción está abierto hasta el 30 de marzo de 2012. Mayor información puede ser obtenida en: http://www.faae.org.co/html/ciencias.htm